Y sin mediar palabras nos tiramos al suelo de ese antro...
No soportamos tanta lujuria, tanto apetito, tanta pasión.
Debía tomarte allí mismo... debías clavarte allí mismo...
Y fue primero con poca ropa pero terminamos totalmente desnudos en medio de la gente. Sin importar que pensaran, sin importar que nos vieran, sin importar que el deseo se apoderara de todos, el deseo de tu cuerpo desnudo, exhibido, expuesto, entregado a mi y a cualquiera, porque podrías haber seguido con cualquiera, porque podrías haberme acabado y seguir allí mismo con otro, podrías haberte tragado esa verga de ese voyeur que se manoseaba a metros de nosotros...
Pero no, solo te encajaste en mi, te sacudiste, te enterraste mi verga, mi poronga, hasta el fondo de tu útero, tu insondable vagina, hasta que tus espasmos llegaron con gritos de lujuria aplacados por el sonido estridente de la música...
Y acabada caíste sobre mi pecho, desnuda, humillada, gozada, perdida, vejada en tu intimidad, porque yo te lleve a eso, porque yo sin decirte nada te lleve al morbo de rebajarte así ante todos, y no te arrepentiste de nada.
Me gozaste la verga como me la gozas cada noche en la cama...
Pero esta vez fue distinto, único.. inolvidable.
Simplemente fornicamos delante de todos como perros en celo.
Lo volveremos a hacer.. sin dudas.
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